CRÍTICA JOHN CARTER (38%)

ESTRENO 09/03/2012

   Muerta la gallina de los huevos de oro o lo que es lo mismo Piratas del Caribe, la factoría Disney vuelve a atacar con lo que dicen será, si todo sale bien, una nueva saga con sus respectivas entregas. John Carter da el pistoletazo de la salida con un presupuesto de 250 millones de dólares y el ganador del Oscar Andrew Stanton (Wall-E, Buscando a Nemo) al frente del proyecto, siendo esta su primera película en acción real, que firma el guión junto a su colega en Pixar Mark Andrews (El Hombre Orquesta) y Michael Chabon (Spiderman 2), adaptando el relato “A Princess of Mars” de Edgar Rice Burroughs (1875-1950). Con este material de partida la película podría haber sido una montaña rusa de palomitas para el disfrute del público masivo en la salas del cine pero desgraciadamente nos encontramos con un guión bastante pobretón, desconozco si por el material de partida que se adapta o por imposición del estudio, que derivada en un dibujo muy limitado de los personajes, secuencia vistas en otras cintas similares, una carencia del uso del 3D pero sobre todo una sensación continua de desorientación, es decir, que uno no sabe que motiva a los protagonistas a hacer esto o aquello.

   Con semejante presupuesto voy a dejar a un lado las connotaciones del tipo “Que bien están hechas las naves” o “Que buenos los Fx” porque parto de que las películas de este calibre en ese sentido no van a decepcionar. John Carter no lo hace. Esta es de las pocas virtudes que se puede sacar a la cinta que parte de una premisa que no justifica el ambientarla en Marte. La película narra las aventuras del soldado John Carter en el planeta Marte (el como llega roza un tanto lo absurdo), donde debe aliarse a la princesa Dejah Thoris para luchar contra el déspota Sab Than. Es una típica historia de héroes y villanos, buenos y malos, guapos y feos pero... ambientada en el planeta rojo. ¿porque?. Cuando arranca la cinta y ve una historia más bien simplona reflexiona el porque de esa localización. Justificar una supuesta espectacularidad en la producción y meter aliens mediante CGI parece la respuesta más evidente. También resulta curioso que el sudafricano Daniel Mindel (Misión Imposible, Enemigo Público) no haya buscado los tonos rojizos propios del planeta donde nos encontramos y su fotografía sea similar al planeta tierra. No veo justificación para el uso de esta paleta de colores y muchas veces las localizaciones de Utah, lugar donde principalmente se llevo a cabo el rodaje, se hace demasiado evidente.

   Si vas a crear historia de buenos y malos, perfecto, pero dale matices. Sino te quedarán caricaturas. La muy justificada nominación de Johnny Depp (Eduardo Manostijeras, Alicia en el país de las maravillas) en la estupenda primera entrega de la saga "Piratas del Caribe" lo consiguió a parte de por la vuelta de tuerca al papel clásico de pirata, por esos pequeños matices y ambigüedades que rodeaban al personaje. Aquí los malos son malisimos y gritan y mucho y los buenos buenisimos.  Dominic West (300, The Wire) como rey déspota y sanguinario, Mark Strong (Red de mentiras, Oro negro) en un papel que recuerda a los “Observadores” de la serie “Fringe”, Ciarán Hinds (La Deuda, La Mujer de Negro) como el rey y padre que lucha por salvar a su pueblo…no ayudan a que te creas la historia (atentos al maquillaje y vestuario). A parte de todos estos está Lynn Collins (Lobezno, El Número 23) que además de interpretar a la chica en un mundo de hombres que se quiere hacer de notar, el trabajo de caracterización y maquillaje es para dar de comer a parte. Ya el personaje es sosete pero a parte tiene un aroma a Xena la guerrera que no mola. Sobre Taylor Kitsch (Lobezno) está correcto pero sin la suficiente fuerza para soportar el liderazgo de una cinta como esta.

   En lo referente a la puesta en escena se nota una carencia de originalidad. La naves beben del diseño que vimos en la también desastrosa “Cowboys contra Aliens” y la escena que sirve como plato principal tanto el trailer como en los banner colocados en los cines donde se ve a Carter luchando contra monos blancos gigantes es un reflejo de “Star Wars: El Ataque de los clones”. El recurso de justificar los saltos del protagonista por la gravedad del planeta, visto la primera secuencia vista todas. Llega a hacerse cansino tanto saltito.

   A parte de todo esto, no se si fruto de que suena a manido todo lo vemos y los personajes no interesan mucho, en lo referente a la historia una de dos: o yo como espectador no me enteré de lo que se persigue en cada momento o hay demasiados agujeros en el guión que dificultan su seguimiento. He querido dejar esto último para el final porque se trata tal vez de algo más personal el que me costase seguir la película pero intercambiando opiniones creo que se trata más bien de la opción b.

   Un producto fallido de un director que hasta ahora nos había entregado autenticas joyitas. Ojala que en su siguiente proyecto volvamos a ver a un flexo saltarín al inicio de la proyección.
F.J (@Rocabay)


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