CRITICA SKYFALL (84%)



   Para rodar el Bond número 23 (que ha tardado dos años más de lo previsto en llegar a las pantallas) se ha apostado por un peso pesado del mundo de la industria, Sam Mendes (American Beauty, Camino a la perdición). En un película franquicia, como ésta de la saga Bond, que el director sea uno u otro suele tener una importancia relativa, ya que la persona que maneja la producción (Bárbara Broccoli) es quien toma todas y cada una de las decisiones (cuando son para bien y un poco menos cuando son para mal….)

   El acierto (o fortuna) que ha tenido esta entrega del agente 007 es precisamente el inconveniente del retraso que tuvo la producción por la quiebra de MGM. Esto hizo que toda la película estuviera muy, muy trabajada (cosa que se nota en cada plano o secuencia). Este tiempo extra hizo que el guion de la pareja Neal Purvis y Robert Wade (Plunket & Macleane, Casino Royal…Quantum of solace) pudiera ser retocado por John Logan (Rango, El aviador, El último samurái), logrando así mucha más consistencia entre los personajes y la historia, y se plagara el libreto de referencias y guiños a toda la saga. Los tres logran un perfecto equilibrio entre tensión, acción y drama…captando todos y cada uno de los adjetivos que hacen a James Bond ser James Bond y dejando en la retina del espectador un regusto cinéfilo como el que dejan en el paladar los mejores wiskis escoceses (;P).

   Sam Mendes entró por la puerta grande de Hollywood con American Beauty ganando cinco Oscars de la Academia, entre ellos: mejor Director, mejor Película, mejor Guion…. En esta ocasión hace aquello por lo que los hermanos Broccoli le han contratado…pero mejor de lo normal, de la media en este tipo de películas (mejorando a mi parecer la brillante Casino Royal). Mendes consigue su peculiar “Caballero oscuro” en esta entrega de Bond, logrando que el personaje se sumerja hasta los límites humanos a los que es capaz de llegar y entienda su propia naturaleza (por qué hace lo que hace y por quién lo hace). Mendes es capaz de dotar a Skyfall de un alma que se perdió en Quantum y marcar el camino por el que deberían ir el resto de entregas.

   Daniel Craig (Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres , Munich, Sylvia, Lara Coft: Tomb raider) sigue demostrando que es un Bond excepcional se mire por donde se mire y se nota que cada entrega se siente más cómodo con el papel y con el personaje. Le acompañan en la película la ya habitual Judi Dench (Shakespeare in love, Diario de un escándalo, Iris) , Naomie Harris (Ninja Assassin, Dueños de la calle, Piartas del Caribe. En el fin del mundo), Ralph Finnes (El jardinero fiel, Spider, Escondidos en Brujas, El lector), un irreconocible Albert Finney (Big Fish, El legado de Bourne, Tom Jones) y Ben Wishaw (El perfume, El atlas de las nubes, El intruso).

   Pero por encima de todos ellos se erige como un titán…Javier Bardem (Huevos de oro, Días contados, El detective y la muerte, Pasos de baile, No es país para viejos).  Sin ser muy defensor del señor Bardem, en esta ocasión (como ya en varias he hecho) me tengo que quitar el sombrero ante lo que es capaz de hacer con el villano que le ofrecen los guionistas y sobretodo Sam Mendes (por como trata el personaje y por donde le lleva durante todo el metraje y el mimo y cariño con el que le trata ya desde su presentación en pantalla). Bardem compone en los quince primeros minutos de la película uno de los malos más sobrecogedores que ofrece la saga Bond. Pese a las similitudes con otros villanos del cine (más que obvias en el tráiler y casi exclusivamente allí) y el aspecto tan “peculiar” que le dan en maquillaje Alessandro Bertolazzi (Babel, Biutiful) y en peluquería Francesca Crowder (United 93, Amor y otros desastres), Bardem logra cautivar al espectador y hace que se produzca, casi al instante, una necesidad de saber de él y de los motivos que le llevan a hacer lo que hace.

   Por último voy a destacar la magnífica segunda unidad de la película que corre a cargo del chileno Alexander Witt (American Gangster, The town, X-men:primera generación, El invitado) y que forma un equilibrado conjunto que se complementa a la perfección con la dirección de Mendes y a la fotografía del siempre cautivador Roger Deakins (Revolutionary Road, Casa de arena y niebla, Cadena perpetua).

   Una oportunidad de saborear toda la esencia de la saga Bond, destilando todo lo bueno que ha habido en la franquicia de James Bond y bebérselo concentrado en los casi ciento cincuenta minutos de amor al cine que suponen este Skyfall.

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